lunes, 29 de febrero de 2016

Sueños rotos

Toma impulso y no mires atrás, tú puedes hacerlo, nada es imposible, haz aquello que desees y se hará realidad...Estas son algunas de las frases que nos han bombardeado durante años, frases marcadas por la positividad. Esa corriente happy flowers, en la que debes creer a ciegas y someter toda tu vida a ella, como cualquier dogmatismo espiritual. Que si no asumes, esta visión de arco iris en tu vida, estas perdida, eres un fracaso, una alma en pena, un triste día gris sin lluvia, una desangelada paria social que va de aquí para allá, sin un rumbo fijo, sin una sonrisa perenne en la cara, un saco de mierda invisible e invisibilizado.

Esclavos de la felicidad continúa, de la lucha por tus sueños, del nunca te rindas. Esclavos de una filosofía de vida que no tiene cabida la debilidad, la flaqueza, la miseria humana, la tristeza, la soledad, el fracaso, la desgana, la desilusión, la depresión, la cobardía, la indecisión, él no me levanto de la cama en días, el lloro a escondidas, el tengo el corazón roto, el alma perdida, el escribo para desahogarme porque no me puedo pagar un psicólogo...¿Qué hacer con todo esto? ¿Qué hace la gente?

Está bien ser positivo, está bien que se tenga recursos para seguir adelante, es la parte positiva del ser humano que todo el mundo le gusta o quiere enseñar y en el mundo tecnológico aún más. Todo es apariencia, todo es buena onda, es lo políticamente correcto, lo único que se puede mostrar de cara al mundo, a la sociedad, a los que te rodean...las miserias para la casa. Poner buena cara a todo y a todos. Pero ¿qué pasa con esa otra faceta? Las personas también somos eso, somos oscuras, no todo es luz. No está bonito mostrarlo, por qué, si es parte de nosotros, somos mierda a veces y qué.