lunes, 16 de enero de 2017

¿Sabes lo que me gustaría decirte?

¿Sabes que el sábado hizo dos meses desde que hablamos por primera vez? Es curioso como ha pasado tan poco tiempo y que tenga la sensación de que haya sido mucho más. Supongo que será la intensidad con la que lo he vivido.

¿Sabes que me cuesta no hacer esto? Es decir, no escribirte, no hablarte, no darte los buenos días ni las buenas noches, no preguntarte cómo estás, cómo has pasado el día. Para mí, esto no es ser yo. A mí, no me cuesta ningún esfuerzo haberte dicho, insinuado, dedicado, escrito e incluso llorado. Con eso, no me tengo que esforzar, soy yo, soy así, y sin embargo esto me cuesta la vida.

¿Sabes que tengo la tonta ilusión de pensar que volverás a hablarme directamente a la cara? Es decir, que después de tu tiempo de reflexión, vendrás a recogerme al trabajo y decirme: "te echaba de menos". Y me subiré encima tuya como un mono titi y te besuquearé.

En estos días, todas estas palabras que te dedico, no lo sé ni para qué lo hago, porque ni lo lees ni sé si servirá de algo lo que estoy sintiendo, toda esta energía puesta en un sentimiento, en un deseo hacía ti, hacía los dos. Lo que sé es que no he pretendido dar mi mejor cara, no me he vendido para ser más atractiva. Soy así y lo seguiré siendo, esto es lo que hay. Para bien o para mal, para amarme o para ignorarme, esto soy yo.



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